Anatomía de la inseguridad y violencia en Nuevo León

Los problemas públicos, como la inseguridad y la violencia, tienden a ser complejos.  Por lo tanto, su abordaje requiere elegir qué elementos tratar a través de cuáles herramientas con mucho cuidado.  Entender las cadenas causales detrás la violencia y la inseguridad en Nuevo León es fundamental para el éxito de los esfuerzos por construir una sociedad más segura y menos violenta.  En este artículo trataré, en ese sentido, de hacer una pequeña anatomía de los problemas de inseguridad y violencia en la entidad. 

«Diversas zonas del área metropolitana se caracterizan por la presencia de pandillas que operan en ciertos barrios.  Estas pandillas no sólo cometen robos o participan en riñas, colaboran en muchas ocasiones con grupos criminales distribuyendo drogas. «

Probablemente, el aspecto más visible sea la violencia urbana, esa que tiene que ver con jóvenes matando jóvenes en el espacio público.  En esa materia, un componente fundamental es la competencia entre grupos criminales.  Nuevo León es un mercado atractivo para la venta de drogas y otros productos ilícitos (cuenta con una población joven con mayor capacidad de compra que el promedio del país). También tiene una ubicación estratégica respecto a la frontera con los Estados Unidos de América y es vecino de un estado con amplios niveles de gobernanza criminal, Tamaulipas.  Lo anterior ha derivado en la operación de prácticamente todos los grupos criminales en la entidad.  En la zona metropolitana de Monterrey operan: Cártel del Noreste, Cártel del Golfo, Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Sinaloa, etc. Pocas variables son tan determinantes respecto a la violencia en México como la competencia criminal.  Nuevo León no es la excepción.

Un aspecto que merece mención aparte es el fenómeno de las pandillas asociadas a los grupos criminales.  Diversas zonas del área metropolitana se caracterizan por la presencia de pandillas que operan en ciertos barrios.  Estas pandillas no sólo cometen robos o participan en riñas, colaboran en muchas ocasiones con grupos criminales distribuyendo drogas.  Lo anterior les ha permitido crecer y aumentar su capacidad de fuego.  También funcionan como puerta de entrada al mundo criminal.  Se podría decir que se asemejan a franquicias de los grandes grupos criminales.  La zona norte de Monterrey es ejemplo de la proliferación de estos grupos.  

Al igual que en gran parte del norte del país, en Nuevo León ha crecido sustancialmente el consumo de cristal.  Esta droga se ha vuelto la mas popular en la entidad (quitando el alcohol por supuesto).  A ese fenómeno, se suma la incursión del fentanilo, que hoy se vende en la zona metropolitana principalmente en combinación con otras drogas.  Es difícil encontrar en la entidad drogas que hoy no estén siendo adulteradas con fentanilo.  Por supuesto, lo anterior avecina retos importantes de salud pública, a la vez que se aumentan las ganancias de los grupos criminales. 

«… la violencia familiar (aunque con menos impacto en los medios) es la violencia mas frecuente en la entidad.  Una violencia difícil de atender porque sucede normalmente dentro del hogar y es alimentada por aspectos culturales y condiciones como el hacinamiento.»

El éxito económico de Nuevo León también ha generado la migración de muchas personas a la entidad.  Estas personas llegan a la periferia de la zona metropolitana a vivir en condiciones precarias.  Aunado a lo anterior, no se ha logrado establecer una estrategia que permita atender las necesidades de esa población.  En esos territorios olvidados de la periferia está el caldo de cultivo de la violencia e inseguridad a futuro en la entidad.

A todo lo anterior se suma el reto de la violencia familiar (aunque con menos impacto en los medios) es la violencia mas frecuente en la entidad.  Una violencia difícil de atender porque sucede normalmente dentro del hogar y es alimentada por aspectos culturales y condiciones como el hacinamiento. A pesar de algunos esfuerzos gubernamentales y de la sociedad civil, dicho delito no disminuye.  En parte porque los esfuerzos realizados hasta ahora son insuficientes y poco eficaces.  Se requiere más imaginación y determinación para atender un problema tan arraigado en la sociedad regiomontana.  Un poco de presupuesto por acá y uno que otro albergue por allá ayudan poco a resolver la situación.  

A todo este panorama se suma el reto de la coordinación gubernamental en la materia.  Pocos lugares en el mundo presentan un panorama de coordinación tan complejo como la Zona Metropolitana de Monterrey.  En una ciudad conviven once gobiernos municipales, el gobierno estatal y el gobierno federal.  No sólo son muchos, tienen intereses muy diferentes. Poco tienen en común el presidente municipal de San Pedro Garza García y el presidente municipal de Juárez.  Sin embargo, atender eficazmente el problema de la inseguridad y violencia en la entidad requiere que se pongan de acuerdo.  

Aunque muy breve, esta pequeña anatomía de los problemas de inseguridad y violencia en Nuevo León permite identificar algunas dimensiones del problema y encontrar pistas respecto a posibles abordajes.  Recurrir a la disuasión focalizada, partir de la ley de concentración del crimen y violencia, aumentar la eficacia colectiva y balancear adecuadamente aspectos preventivos y punitivos son algunas ideas respecto a posibles respuestas ante los retos de inseguridad y violencia.  El peor escenario es seguir haciendo aquello que no ha funcionado.  En palabras de Maslow, cuando la única herramienta que conoces es el martillo, todos los problemas te parecen clavos.