Tratar el tema de violencia desde una parte negativa es muy fácil. Desde Regiolandia, así llamo yo a todos los que vivimos en Monterrey y su área metropolitana, hallamos nacido o no aquí, nos despertamos TODOS los días con una queja: el calor, está nublado, la lluvia, tengo que correr, no tengo tiempo, el tráfico, los baches, tanta gente, la inseguridad, la violencia en las calles, en las escuelas, el bullying, cyberbulling y más y más cosas que suceden a nuestro alrededor, con lo que nos hace empezar con un mal día. ¿Te ha pasado? Le echamos la culpa a todo lo externo, al trabajo, al jefe, a las instituciones educativas, al gobierno, pero en realidad, ¿estamos haciendo algo para que esos factores externos cambien?
En 2017 conocí a una asociación civil en El Salvador, Migueleños en Acción, MIACCIÓN, con quienes he forjado una gran amistad. Mi admiración siempre por unas personas que decidieron luchar y protestar contra el gobierno en turno para mantener el patrimonio cultural de la ciudad en la que viven, San Miguel. Me enganché en que esa era la manera en la que se conseguían las cosas desde afuera del sistema, con lucha, mucho esfuerzo, peleas, con la espada desenvainada en busca de justicia, poniendo muy en claro los ideales y buscando a más personas a seguir con la causa, sumando desde la queja, el hartazgo, el enojo y la frustración y transformándolo en acciones que han llegado hasta cambios en la ley de su país.
Hace un par de días, tuve una conversación muy interesante con ellas nuevamente, a partir de restricciones del gobierno actual en su país, ya no pueden escribir nada en contra del gobierno, porque son perseguidas políticamente, y en vez de tomarlo nuevamente con enojo, frustración y más pelea, decidieron capacitarse y encontrar las cosas positivas, cambiar la perspectiva de lo que hacen desde el agradecimiento, desde encontrar áreas de oportunidad, capacitándose internacionalmente en transformar el discurso, no pelear más, sino abrirse a través del dialogo a transformar la restricción en nuevas oportunidades, lo que les ha permitido que más ciudadanos se acerquen para participar, además de acceder a financiamiento de Organismos Internacionales como USAID, FAO, entre otros.
Desde la parte personal, en mi experiencia como investigadora desde hace 16 años, me he dedicado a analizar temas de valores y desde 2015 me enfoqué al tema de violencia escolar, aplicando cuestionarios, entrevistas y grupos focales, obteniendo datos y cifras alarmantes, los cuales se transformaron en publicaciones científicas con datos reales, que ponían en manifiesto, conforme más avanzaba en nuevos proyectos, mayores niveles y más formas de violencia, así como nuevas tipologías, confirmando así lo que yo percibía en mi realidad: noticias alarmantes, mayores casos, violencia aumentada, exposición a mayor información negativa por televisión, radio y ahora con redes sociales con impacto a nivel local, nacional e internacional.
¿Cómo cambiar la realidad? De las preguntas más difíciles de responder, sobre todo porque los datos obtenidos confirmaban mi queja y me daban la razón de todas las cosas negativas que suceden a mi alrededor. Al inicio de la pandemia decidí cambiar la información que veía en las redes, empecé a seguir a profesionales que deciden salirse del área científica y se enfocan en la parte emocional y te dicen que es posible transformar tu realidad.
Así es como empecé a seguir y buscar libros e información de Marian Rojas Estapé, Mario Alonso Puig, Tal Ben-Shahar, entre otros quienes han mostrado cómo transformar esa realidad que he creado en mi mente, esa realidad negativa, de injusticia, de lucha, lo cual no niego, sin embargo, es verlo desde la parte de la acción, esto es, ¿qué puedo hacer yo para transformar la realidad en la que vivo, lo que percibo, lo que siento y a dónde quiero llegar? Las experiencias negativas seguirán sucediendo, no lo niego, sin embargo, puedo hacer que las cosas buenas sucedan. Si busco cosas negativas, encuentro más cosas negativas y ¿si nos damos la oportunidad de transformar lo malo, en áreas de oportunidad para hacer algo mejor?
A partir de este 2023, observo que mi realidad ha cambiado, que las noticias que leo, lo que veo, lo que percibo y lo que siento es diferente, transformando las cosas negativas en áreas de oportunidad, en donde puedo aportar, colaborar y apoyar a los demás a través de la acción. Hace un par de años, en mis clases en la Universidad incorporé proyectos en donde participan los alumnos con técnicas distintas de activación como ejercicio físico, journaling y meditación, para que ellos mismos se hicieran responsables encontrando técnicas y métodos distintos para enfrentar de diferente manera los episodios de ansiedad y estrés que están enfrentando.
Éste año me contactó Consejo Cívico Nuevo León, participar con ellos me ha permitido observar la realidad desde otra perspectiva. He podido convivir e intercambiar experiencias con asociaciones civiles como Educando en Red y Mostritos quienes me mostraron que dejaron a un lado la quejadera acerca gobierno y la sociedad, transformando sus malas y buenas experiencias de la vida en acciones para hacer cambios, apoyar a los demás a través de la educación y formación para una mejora cultural, al igual que mis amigas de Migueleños en Acción, quienes a pesar del veto, deciden trabajar de tiempo completo en la asociación e involucrar a la sociedad para transformar su realidad.
Confirmo desde mi experiencia que el cambio no es fácil, ni sencillo, que la quejadera es mi área de confort, que me cuesta cada día no regresarme a mis hábitos cotidianos de culpar a alguien más por lo que sucede a mi alrededor, pero que sirva a través de este escrito, que sigo a pie del cañón, aprendiendo día a día, abriendo mis brazos al infinito mundo de posibilidades que hay en este mundo. Te invito a sumarte a alguna causa, asociación o proyecto, ayuda a visibilizar que las cosas buenas suceden en Nuevo León, que tu experiencia mala o buena y tus habilidades, sirvan para transformar, mejorar y generar cambios en nuestro querida Regiolandia.