“El placer en el quehacer genera la perfección en el trabajo”.
Aristóteles
Después de haber tenido que enfrentarnos día a día a nuestros paradigmas y cambiar radicalmente nuestro modelo de negocio, estoy seguro de que una importante conclusión a la que todos llegamos fue que los verdaderos protagonistas de la historia que nos permitieron salir adelante en medio de esta contingencia fueron nuestros equipos de trabajo, nuestra gente.
Las organizaciones se fortalecieron desde el punto de vista operativo, competitivo y cultural gracias al compromiso y la resiliencia de todos y cada uno de sus colaboradores.
Y por otro lado las empresas y organizaciones que forjaron fuertes lazos con sus colaboradores han visto niveles más bajos de rotación y mayores rendimientos durante la pandemia. Sin embrago, al igual que las relaciones interpersonales requieren de una renovación por las variables que las afectan, las relaciones organización-colaborador requiere de una constante revisión.
¿Eres feliz en tu trabajo? Tu líder debería seguir preguntando.
Pero…¿Qué significa ser feliz en el trabajo?
Alexander Kjerulf fundador de Woohoo, empresa danesa que ayuda a crear encuestas sobre la felicidad laboral, lo define como la medida en que las personas experimentan emociones positivas en el trabajo o al pensar en el trabajo durante su tiempo libre. Algunos entienden que incluye una combinación de trabajo significativo y un sentido de pertenencia.
La noción de que las organizaciones deberían preocuparse por la felicidad surgió con el aumento de los trabajos no manuales, según Alex Edmans, profesor de finanzas en la London Business School. A medida que se hizo más difícil medir algunos resultados de trabajo (cambiando a la calidad y cantidad de ideas, no a la cantidad de llantas fabricadas o tapas atornilladas en los tubos de pasta de dientes), los líderes determinaron que debían asegurarse de que sus colaboradores se sintieran motivados. La compensación importaba, pero también la forma en que la gente se sentía en el trabajo.
«La conexión entre la felicidad en el trabajo y la productividad es incuestionable, corresponde a los líderes de las organizaciones (RRHH, directores, gerentes, etc.) entender esta relación en perspectiva, para luego iniciar procesos de implantación y apropiación de la felicidad como una cultura organizacional.»
El reto ahora es ¿cómo mantener el ánimo, el compromiso y nivel de participación que nos permita seguir avanzando? La respuesta está en propiciar un entorno laboral que les aporte una experiencia placentera, que los haga sentirse felices de ser parte de su organización.
Los colaboradores felices incrementan en un 88% la productividad de la operación.
Estudios recientes hechos por diversas consultoras del mundo (PwC, Crecimiento Sustentante, Happiness Works, entre otras) nos dicen que cuando tus colaboradores son felices en su trabajo presentan hasta 33% más energía y dinamismo, mejor adaptación a los cambios y hasta 300% menor riesgo de tener accidentes laborales.
Parece que tu perro no está listo para que regreses a la oficina
Después de que la variante Omicron aplastara las esperanzas de las empresas de volver al trabajo presencial a fines del año pasado, todo indica que se está abriendo un capítulo en un nuevo R.T.O. (Recovery Time Objective):
- Ambiente en la oficina: de vuelta en la oficina, los chismes, los habladores ruidosos y los colegas entrometidos están regresando. Tiempo perdido…
- Gasto en ropa de trabajo: Se creó todo un estilo: el guardarropa «power casual» que busca satisfacer las nuevas demandas de la semana laboral híbrida.
- Aumento de costos por inflación: A medida que los precios continúan subiendo, el costo de la rutina (transporte, café, comida) se suma a las preocupaciones de los colaboradores.
Los líderes están tratando de que todo vuelva a la ‘normalidad’, pero la verdad es que la normalidad no fue de lo mejor para algunas personas. ¿Por qué no darle a la gente lo que realmente quiere?”
Hoy en día muchos colaboradores dicen que prefieren la flexibilidad, o aumentos ajustados a la inflación, a las zanahorias corporativas como oficinas estilo campus universitario con alberca de pelotas y toboganes. Los colaboradores sienten que son parte del equipo, no porque estén jugando al ping-pong juntos, sino porque están logrando metas reales y trabajando en horarios flexibles.
La flexibilidad de trabajar desde casa ha hecho que algunos colaboradores se sientan más cómodos diciéndoles a sus jefes lo que realmente los hace felices: la libertad de pasar tiempo con la familia. Tener botanas en la sala de descanso no compensa no poder recoger a sus hijos.
La conexión entre la felicidad en el trabajo y la productividad es incuestionable, corresponde a los líderes de las organizaciones (RRHH, directores, gerentes, etc.) entender esta relación en perspectiva, para luego iniciar procesos de implantación y apropiación de la felicidad como una cultura organizacional.
Este entendimiento deberá generarse a partir de una comunicación efectiva basada en empatía y escucha activa, que les permita conocer preocupaciones y expectativas de los colaboradores y, sólo a partir de esto, podrán tomar decisiones asertivas.