El Día Internacional de la Mujer más de 250 mil cuentas de Twitter siguieron a @PayGapApp, un bot creado por la periodista y copywriter Francesca Lawson para confrontar a organizaciones del Reino Unido con su brecha salarial de género, apoyándose en datos que las mismas organizaciones están obligadas a reportar. “Empleadores, si ustedes tuitean sobre el Día Internacional de la Mujer yo voy a retuitear su brecha salarial de género”, advertía @PayGapApp en su bio y eso es precisamente lo que ha estado haciendo desde entonces, evidenciando la hipocresía de decenas de compañías, escuelas, asociaciones, gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil.
En una columna para Metro, Lawson explicó que la idea del bot había nacido de su propia frustración al ver lo que normalmente hacen las compañías el 8M: descuentos para cosméticos y webinars con, hay que agradecérselos, al menos una mujer panelista. Las campañas del 8M son casi siempre frívolas y casi nunca hablan de los cambios que aún son necesarios para alcanzar la igualdad de género: “Es un día para reconocer lo que hemos logrado, pero también una oportunidad para reflexionar sobre lo que falta por hacer”, escribió Lawson.
Los tuits de @PayGapApp echan sal a una herida que trasciende fronteras. Veinticinco mujeres que sigo, ninguna en el Reino Unido, siguieron al bot. Ni ellas ni yo sabemos dónde está la Bromsgrove School, no conocemos los servicios financieros de State Street, tampoco los casos que lleva la firma de abogados Foot Anstey LLP. Con lo que si estamos familiarizadas es con organizaciones que valoran menos a las mujeres que a los hombres y que cada Día Internacional de la Mujer buscan presentarse como aliadas. Ese feminismo oportunista, a más de 8 mil kilómetros de distancia, se siente demasiado cercano.
«Una organización que insiste en no tomarse en serio la desigualdad de género y que se monta por un día en una lucha que le es ajena para monetizarla o para quedar bien, es una organización que no merece la colaboración, el respeto o el patrocinio de las mujeres y de las personas que son verdaderamente aliadas.»
El purplewashing o lavado violeta se ha convertido en una estrategia estándar de marketing. Días antes del 8M organizaciones y figuras públicas se plantean cómo van aprovechar la fecha para mejorar su imagen. Las campañas del 8M – textos, imágenes y videos violetas- simulan empatía y un apoyo a la lucha de las mujeres por la igualdad y una vida libre de violencia y discriminación. Las organizaciones terminan felicitándose a sí mismas sin tener que mostrar una pizca de evidencia sobre la importancia que realmente le dan a las mujeres, sin asumir compromisos concretos y medibles con el movimiento por la igualdad de género.
Se nos olvida con frecuencia que el origen del 8M es revolucionario. Comenzó a celebrarse a principios del siglo pasado, después de las protestas y movilizaciones de mujeres trabajadoras en varios países. Ellas pedían mejores condiciones de trabajo y también el derecho a votar. El Levantamiento de 20,000 en Nueva York se considera precursor del 8M. La mayoría de las costureras que participaron ganaban apenas una fracción de lo que ganaban los hombres y no tenían oportunidades de ascenso. Trabajaban en espacios insalubres, soportando maltratos y acoso sexual y se fueron a la huelga en 1909. Una de las líderes del movimiento fue Clara Lemlich una inmigrante judía de 23 años. A ella le rompieron varias costillas y fue arrestada 17 veces. “ El industrial tiene voto, los patrones tienen votos, los capataces tienen votos, los inspectores tienen votos, la mujer trabajadora no tiene voto”, denunciaba Lemlich en 1912. Ella siguió luchando por las mujeres hasta su muerte en 1982.
«Mientras las mujeres exigen cambios profundos – terminar con la violencia de género, garantizar la inclusión ahí donde se toman decisiones que les impactan, tener la libertad y las oportunidades para construir el proyecto de vida de su elección – muchas organizaciones solo están interesadas en espolvorear el día con azúcar violeta.»
La Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer en 1977 y hoy lo celebran más de 80 países. Hay avances que no pueden negarse pero sigue existiendo una distancia enorme entre las demandas que hacen las mujeres en las calles y las campañas violetas que lanzan las organizaciones en esta fecha. Mientras las mujeres exigen cambios profundos – terminar con la violencia de género, garantizar la inclusión ahí donde se toman decisiones que les impactan, tener la libertad y las oportunidades para construir el proyecto de vida de su elección – muchas organizaciones solo están interesadas en espolvorear el día con azúcar violeta.
Cuando las reacciones al purplewashing del 8M son positivas o neutrales (piensa en likes y RT) las organizaciones se animan a repetir la misma estrategia el siguiente año. Es cómodo y, de nuevo, no implica acciones ni compromisos con las mujeres. Pero lo cierto es que las audiencias son cada vez más escépticas. El purplewashing que pasó por bobo en 2022 puede ser el mismo que le genere a la organización una crisis reputacional en 2023. Una organización que insiste en no tomarse en serio la desigualdad de género y que se monta por un día en una lucha que le es ajena para monetizarla o para quedar bien, es una organización que no merece la colaboración, el respeto o el patrocinio de las mujeres y de las personas que son verdaderamente aliadas.
Para las demás organizaciones, las que sí quieren contribuir al cambio, lo que sigue al 8M es iniciar internamente conversaciones que no son nada fáciles: sobre los rezagos dentro de las mismas organizaciones, sobre los retos que enfrentan las mujeres, sobre cómo las organizaciones las pueden apoyar en adelante. Después toca darles seguimiento. Se trata, ni más ni menos, de mantener el foco en las reivindicaciones de las mujeres durante todo el año. Es una oportunidad para quienes encabezan estas organizaciones de usar su posición y su privilegio para hacer lo correcto. Y para el próximo 8M cuando otra vez se declaren aliadas de la lucha de las mujeres por sus derechos ¿qué tal si las organizaciones llegan preparadas con lo que han hecho y con un plan de lo que harán?
Fuentes:
https://twitter.com/paygapapp
https://metro.co.uk/2022/03/14/i-set-up-a-twitter-bot-to-expose-companies-pay-gaps-16272035/
https://www.nytimes.com/2018/08/01/obituaries/overlooked-clara-lemlich-shavelson.html
https://www.bbc.com/news/world-60610678#:~:text=People%20celebrate%20it%20in%20more,being%2C%20and%20improve%20gender%20relations