Monterrey, Nuevo
León, a 08 de marzo de 2022. En Nuevo León es urgente que gobiernos, iniciativa privada, academia,
organizaciones de la sociedad civil y ciudadanía fijemos un compromiso y frente
común para atender las causas estructurales de la violencia y desactivar los
factores de riesgo que enfrentan todos los días las niñas, adolescentes y
mujeres. Si esto no sucede, no podemos garantizar al acceso a sus
derechos.
En el marco del Día
Internacional de la Mujer, este 08 de marzo, en Consejo Cívico coincidimos en
que la prevención es la manera más efectiva de detener la violencia, pero
requiere de compromisos políticos, una verdadera perspectiva de género en el
desarrollo de políticas públicas, colaboración multisectorial y una efectiva
transversalidad para generar entornos libres de violencia en nuestras
comunidades.
Durante los dos
últimos años, como efecto de la pandemia, la violencia contras las mujeres se
ha recrudecido en los entornos más cotidianos y representa una de las
violaciones de derechos humanos más latentes. Tan solo en 2021 se cometieron 66
feminicidios, de acuerdo con la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León. Y
los delitos de abuso sexual y violencia familiar se incrementaron un 28% y 17%,
respectivamente en la entidad.
Esta otra pandemia,
el de la violencia contra niñas, adolescentes y mujeres, amerita una atención
urgente con una visión integral, transversal, y colaboración
interinstitucional, para atender a quienes viven bajo estos ciclos violentos,
reintegrarlas a entornos seguros y acabar con la impunidad. Pero también es
necesario asignar un presupuesto significativo para el desarrollo de proyectos
y programas institucionales que atiendan la dimensión del problema desde el
enfoque de la prevención con el fin de reducir las posibilidades de que sigan
sucediendo más hechos violentos contra ellas.
Recordemos que la
violencia contra las mujeres tiene sus raíces en la discriminación basada en el
género, en las normas sociales que aceptamos, en el machismo y los estereotipos
de género que la perpetúan. Es aquí donde la ciudadanía tenemos una deuda muy
importante que atender para no seguir repitiendo las violencias que impactan a
todas las personas.
Como miembros de la
sociedad civil organizada, hoy consideramos urgente que todas las mujeres
puedan acceder a sus derechos, igualdad de condiciones y mismas oportunidades
de desarrollo, pero esto no será posible si, como sociedad, no somos capaces de
garantizar su derecho de vivir una vida libre de violencia. La ciudadanía, el
gobierno, la iniciativa privada, la academia y las organizaciones de la
sociedad civil debemos asumir este reto del que somos corresponsables.