El agua que no vemos

AGUA SUBTERRÁNEA EN EL MUNDO

El agua subterránea es vida y desarrollo, es un recurso hídrico natural finito y vulnerable a la contaminación geológica y antropogénica; es la mayor fuente de agua dulce disponible para la humanidad y por ende vital para las actividades domésticas, municipales e industriales de todos los sectores de las poblaciones.

La gran reserva del agua subterránea a nivel mundial, es menor del 1%; la cual debe ser regulada y preservada en cantidad y calidad, necesario para enfrentar el enorme crecimiento de su demanda originado por el incremento de la población mundial, la sobre-explotación y estrangulamiento de los acuíferos y los efectos negativos del cambio climático. El desarrollo sostenible de las grandes urbes, depende en gran parte de la gestión hídrica socialmente responsable (UNESCO, 2016).

El balance hidrológico a nivel mundial estima que existen cerca de 1400 Millones de km3 de agua en el planeta Tierra, de los cuales solo el 2.5% es agua dulce y el 97.5 % es agua salada (SEMARNAT, 2012; PNUMA, 2007). El agua dulce se localiza en glaciares, ríos, lagos, atmósfera, permafrost y aguas subterráneas. Casi 1.72% del agua dulce está contenida en glaciares, los cuales son inaccesibles para su uso ya que se encuentran en la Antártica, el Ártico y Groenlandia, aunque algunos glaciares continentales, hielo y nieve perpetua de los volcanes y sistemas montañosos, representan recursos hídricos de muchos países vinculados con el derretimiento de las masas de hielo, provocado por el cambio climático. 

Del agua dulce existente en el planeta 0.75% corresponde a las aguas subterráneas, 0.02% a Permafrost y solo el 0.01% a las aguas superficiales y en la atmósfera; las que son distribuidas en muy pequeños porcentajes en lagos de agua dulce, plantas y animales, ríos, atmósfera, humedales y humedad de los suelos.

Las aguas subterráneas son importantes para el abastecimiento de cuencas hidrológicas, manantiales y humedales, así como representa el recurso hídrico fundamental para satisfacer las demandas de agua de la población total mundial. 

El consumo de agua per cápita aumenta día a día, la población sigue en acelerado crecimiento y en consecuencia el porcentaje de agua subterránea objeto de la apropiación se incrementa. Si se agrupan las constantes variaciones espaciales y temporales del agua subterránea disponible, aunados a la reducción de la misma por contaminación natural o antropogénica; se concluye, que las reservas de agua de agua subterránea existentes para todas las actividades, ya están escaseando y nos obliga a declarar una crisis del agua a nivel mundial. La crisis del agua es esencialmente una crisis de gestión de los asuntos políticos y de gobernabilidad.

Además, las estimaciones recientes sugieren que el cambio climático será el responsable de alrededor del 30% del incremento de la escasez global del agua. A mediados del presente siglo, 7,000 millones de personas en 60 países sufrirán escasez de agua debido a las presiones sobre el ciclo hidrológico que ejerce la humanidad, debido al crecimiento demográfico y el desarrollo económico que generan graves retos frente a la falta progresiva de agua subterránea y a su contaminación (UNESCO, 2003).

La demanda del agua subterránea se ha incrementado en las últimas décadas, necesaria para dotar de agua potable a las poblaciones en crecimiento acelerado y apoyar la producción de más alimentos y generar energía. La oferta disponible de agua subterránea se ve reducida por la contaminación natural geológica y antropogénica (descargas domésticas, municipales e industriales sin tratamiento; actividades agrícolas y ganaderas), agravando así el problema de la escasez.

Ilustración por Ana Patricia Martínez para Consejo Cívico.

AGUA SUBTERRÁNEA DE MONTERREY

La situación geográfica del estado con clima templados y secos, morfología muy marcada, hidrografía pobre, precipitaciones bajas y evaporaciones altas, desarrollo industrial, así como el explosivo crecimiento demográfico, ha provocado la problemática del desarrollo urbano de Monterrey. Allí se concentran más del 95% de la población del estado, es decir más de 5.3 millones de habitantes (INEGI, 2020), más su población flotante.

Los principales problemas de la ciudad son: déficit de agua potable, contaminación de las aguas subterráneas del acuífero Monterrey por actividades industriales, construcciones en zonas de montaña y el valle, e inundaciones en épocas de huracanes.

Las fuentes de agua lo constituyen las fuentes superficiales (presas La Boca, Cerro Prieto y el Cuchillo), y las fuentes subterráneas (Pozos de Mina, campo de pozos Monterrey, Campo de pozos la Huasteca, Socavón de San Francisco y Túneles de la Cola de Caballo). La calidad de las aguas en general esa apta para ser potabilizada y distribuida a través de sus redes, sin embargo existen problemas de filtraciones en algunas fuentes superficiales (presa Cerro Prieto y El Cuchillo) que reducen las cantidades de agua a suministrar por cada una de ellas, también la influencia de las actividades del hombre cercanas a dichas fuentes y en sus cuencas y que se encuentran ligados directamente con la deposición de la basura doméstica, municipal e industrial de forma inadecuada. Existen planes de remediaciones a las filtraciones y programas de educación y cultura ambiental.

La contaminación de las aguas subterráneas que pertenecen al “Acuífero Monterrey”, está compuesto por una serie de más de 150 pozos de abasto ubicados en el valle de Monterrey y su periferia, cuya contaminación  se debe principalmente a las actividades de la población de los regiomontanos, entre otros, la influencia de los tiraderos de basura (San Bernabé) en donde se depositaron cantidades recolectadas de los desechos de la población en los años 1970-1990 y que se localizan al Noroeste de Monterrey; resultando así afectaciones en las aguas de los pozos de abasto, con altas concentraciones de Nitratos, los cuales afectan la salud de los infantes y adultos. Otro problema es el sistema de drenaje, los cuales presentan “fugas” en los procesos de conducción y operación de los mismos, infiltrándose cantidades de aguas residuales a las aguas de los acuíferos del valle de Monterrey, y que representan dichas aguas, las fuentes subterráneas de abasto de la ciudad.

El agua es vida y desarrollo, razón urgente para que los usuarios la sigamos cuidando y no seguir contaminándola.

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