Esperando todos nuestros lectores estén bien y mis deseos para que así continúe con cada uno de ustedes y sus familias y sus comunidades en estos tiempos de pandemia, reflexión y cambios.
Estamos a poco tiempo de que inicien los procesos electorales 2021 en nuestro país y por supuesto en nuestro estado, Nuevo León. El sistema político y electoral mexicano, aunque con grandes avances a la profesionalización, tiene oportunidades en su ejecución así como las acciones específicas a realizar en las comunidades.
Las reiteradas fallas, la corrupción y la impunidad nos llevan al hartazgo. Delante de este panorama, nos presentarán candidatos y candidatas de sonrisas deslumbrantes y promesas fantasiosas. Movidos por lo que alcanzamos a escuchar entre nuestros amigos y familiares o a leer en segundos en redes sociales u otros medios, nos lanzaremos a apoyar «al que parece que va a hacer bien las cosas».
Habrá quien diga que esto así es, que así se mueve la política, que siempre ha existido la corrupción, que las cosas no se pueden hacer bien y, aparte… que a nadie le importa. Lo que nos lleva a los peores males de nuestra sociedad: «la apatía… y la desesperanza»:
«¿Para qué participamos o votamos, si todo sigue/va a seguir igual?»
No es cierto. Sí se puede hacer un cambio o los cambios necesarios.
Claro, cambiar exige esfuerzo, compromiso y voluntad para retirarnos el velo que nos impide apreciar nuestra realidad. Hay que decidir y modificar nuestra perspectiva, para no perdernos las posibilidades que hay en el camino.
Ser conscientes que no llegará el candidato o la candidata que solucione todas las situaciones que nos aquejan, simplemente porque ese era su destino. El gobierno no tiene todas las respuestas. Por eso quiero animarlos, a dejar de ver los toros desde la barrera y entrar al ruedo. Decía Eleanor Roosevelt: «Hay que hacer aquello que parece imposible».
Es posible que vaya a ser muy difícil porque el sistema político y electoral no necesariamente están hechos para que los ciudadanos cuestionemos, critiquemos y decidamos activamente quién será o seguirá siendo nuestro servidor público. Sin embargo, debemos asumir nuestra responsabilidad y trabajar dentro de los parámetros definidos. Con todas las condiciones que nos limitan y con todo lo que nos falta. Así como estamos, hay que iniciar y poner un grano de arena desde nuestra trinchera.
«Cambiar exige esfuerzo, compromiso y voluntad para retirarnos el velo que nos impide apreciar nuestra realidad. Hay que decidir y modificar nuestra perspectiva, para no perdernos las posibilidades que hay en el camino»
Quisiera compartir varios consejos que considero importantes para estos y todos los tiempos:
1. Informémonos.
Investiguen las trayectorias de las y los candidatos. No todos están en los sitios oficiales. Hagan un esfuerzo por conocer qué han hecho y cómo lo han hecho. Las acciones pasadas son una referencia para las futuras.
2. Participemos, seamos ciudadanos 24/7.
Participen, voten con entusiasmo en eventos electorales y donde sea necesario aportar con su talento y conocimiento. La participación y el voto consciente es la evidencia de un pueblo que coparticipa en su vida política. Pongamos nuestro esfuerzo de proponer y sumar a un emprendimiento, seamos valientes, persistentes y decididos con pasión por lo que hacemos.
Compartamos nuestro conocimiento para inspirar mejores ideas y si es como líderes, prediquemos con el ejemplo y sigamos aprendiendo.
Mantengamos una actitud abierta y flexible que nos permita aprender de todas las situaciones experienciales y la gente que coincida en nuestro camino.
3. Comprométanse, el mundo necesita ciudadanos comprometidos.
Esta es la más difícil. Hay que proponer en la medida de nuestras posibilidades: en los consejos o grupos ciudadanos, en los foros ciudadanos, en las consultas. Llamemos a los gobernantes a una rendición de cuentas, no necesariamente con el afán de fiscalizarlos sino para ver cómo colaboramos/apoyamos para que realicen mejor su trabajo.
Tenemos que ejercer nuestra ciudadanía todo el tiempo , hay que apoyar a nuestra ciudad, nuestro estado, nuestro país y el lugar del mundo donde nos toque vivir.
- Urge fortalecer nuestras instituciones, para tener un mejor balance de poderes.
- Urge pasar de la palabra a la acción
La democracia en nuestro país no es un estado fijo que se alcanza y permanece, es una condición que se construye todos los días, y la construimos todos.
4. Por último, más allá de los procesos electorales, usemos nuestro talento y nuestros valores para construir una mejor sociedad.
Siempre hagamos las cosas bien. Como dice Rosario Marín: “hagan las cosas bien cuando sea fácil, y cuando no”; cuando todo el mundo los vea, y cuando el acuerdo se haga a puerta cerrada; cuando la multitud los aplauda y también cuando los señale. Siempre hagan las cosas bien. Actúen con base en su conciencia, con los valores que llevamos en nuestro interior.
La montaña es muy alta y, sin embargo, estoy convencido de que siempre hay que dar un primer paso, el que inicia el viaje, el que hace la diferencia, y ese es el que muchos ciudadanos cada vez más están dando.
Visualizo en el camino la construcción de una nueva cultura de participación ciudadana. Demos ese paso. ¡Y con el ejemplo, seamos la mejor influencia para nuestra sociedad! Estoy seguro que seremos exitosos en lo que hagamos al respecto, pero recuerden los consejos mencionados:
- Informémonos
- Participemos
- Comprometámonos
- Usemos nuestro talento y valores para construir una mejor sociedad y comunidad.
Que la participación y colaboración ciudadana lleven a una mejor gobernabilidad y mejor calidad de vida en nuestras comunidades.
¡Dios bendiga a México y a todos ustedes siempre!