La corrupción, debilidades institucionales y las protecciones al estado de derecho en Latinoamérica son tres de los temas que más han impactado al desarrollo de nuestra región.
Por su complejidad, el tema de la corrupción debe analizarse con lente interdisciplinario ya que involucra temas de sociología, neurociencia, economía, derecho, ética, filosofía, ciencia política entre otros ámbitos. Las soluciones requieren de nuevas maneras de pensar y nuevos equipos de trabajo que puedan coordinar sector público, ciudadanos, sector privado y academia.
Existen tres importantes áreas de oportunidad en el ecosistema anticorrupción del estado en el que podemos focalizar nuestros esfuerzos para el futuro:
Es necesario reclutar perfiles interdisciplinarios y buscar diversidad en el talento que integra el ecosistema anticorrupción en los sectores público, privado y de sociedad civil.
Actualmente existe homogeneidad en los perfiles de la gente involucrada en los sistemas anticorrupción del estado y eso genera un sesgo sistémico en los proyectos y soluciones.
Las consecuencias de la corrupción afectan a diferentes segmentos de la sociedad de manera diferente y tener muchos perfiles similares pueden cargar la conversación hacia algunos grupos e ignorar a otros completamente. Si tenemos, por ejemplo, solo abogados que trabajan en uno o dos municipios en el ecosistema anticorrupción entonces solo habrá representación de ciertos temas y no otros. El tener diversidad en perfiles que operan en el ecosistema anticorrupción ayuda a balancear y asegurar que se analice el tema de manera holística.
«Actualmente existe homogeneidad en los perfiles de la gente involucrada en los sistemas anticorrupción del estado y eso genera un sesgo sistémico en los proyectos y soluciones.»
José Burnes
Hay mucho talento de diferentes sectores del estado que se puede coordinar para trabajar en nuevos proyectos e inclusive en proyectos que puedan ser escalables de nuestras comunidades.
Es importante buscar aliados dentro del sector público para sumar y trabajar juntos de manera colaborativa
A veces resulta difícil recordar que vivimos en una democracia representativa y que nuestros representantes a nivel local y federal deben ser un reflejo de la aglomeración de las perspectivas y problemáticas de nuestras comunidades. Identificar aliados dentro del sistema público puede ayudarnos a aterrizar proyectos priorizados que nos ayuden a entender lo que se necesita y modernizar desde adentro; desde herramientas de recopilación de indicadores y de transacciones de gobierno que identifiquen desviaciones anormales y las pueda publicar de manera transparente a la sociedad, hasta modelos analíticos que evalúen el impacto en la sociedad de proyectos de gobierno.
Hay que tomar en cuenta que muchos de los datos que se utilizan para mejorar la gobernanza y anticorrupción se generan dentro de nuestras instituciones públicas. Los ciudadanos somos aliados en el mejoramiento de nuestras instituciones y de las herramientas de transparencia y rendición de cuentas.
Enfocarse en resolver el problema de coordinación para aumentar el alcance de las estrategias de todos los participantes de sociedad civil en el tema de anticorrupción.
Hay una cantidad importante de agentes, organizaciones y proyectos de anticorrupción a nivel federal que muchas veces operan de manera descoordinada y en proyectos de alcance diferente. Aunque es muy bueno que tengamos mucha gente entusiasmada por mejorar los sistemas anticorrupción y de rendición de cuentas en México, para generar un impacto generalizado, tenemos que coordinar y sumar proyectos de diferentes organismos.
Las soluciones para la corrupción requieren de un trabajo conjunto en donde exista más representación y diversidad en el talento que integra el ecosistema de mecanismos que la combaten; nuevas maneras de trabajar; aliados en el sector público, y formas claras de coordinar a los diferentes agentes de sociedad civil para aumentar el alcance de nuestros proyectos.