Monterrey, Nuevo León, a 02 de septiembre de 2020. A poco más de dos años de las pasadas elecciones, los diputados locales han omitido y olvidado los compromisos que firmaron ante la ciudadanía en campaña para impulsar una agenda que propicie las condiciones para contar con un Nuevo León sin Corrupción.
Ya es evidente que sólo aprovechan los reflectores mediáticos en campaña en junio 2018, y la legitimidad de las organizaciones de sociedad civil, para simular un compromiso con la ciudadanía y por una agenda anticorrupción. Pero en los hechos, y después de rendir su informe de actividades, queda más que evidente que los compromisos adquiridos en campaña no han sido atendidos.
Ahora que inicia el primer periodo de sesiones del último año de su función, veremos si los diputados toman consciencia y se acuerdan de sus promesas incumplidas:
1. Con carácter prioritario, adoptar o modificar las siguientes leyes:
● Ley de Fiscalización Superior.
● Leyes de Adquisiciones y Obras Públicas
2. Fortalecer la independencia de la Auditoría Superior y aprobar los recursos necesarios para su adecuado funcionamiento, así como apoyar sus denuncias, tanto por faltas administrativas como delitos. Hoy la Auditoría requiere de un cambio drástico de mando y una objetividad real en el análisis de las cuentas públicas.
3. Propiciar que se cuenten con fondos suficientes para la impartición de justicia en el estado, asignando el presupuesto necesario a la Fiscalía General, y además garantizando que ésta le asigne el presupuesto suficiente a la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción.
Desde la Coalición Anticorrupción vemos como la simulación orquestada por parte de los diputados ha degradado por completo la confianza ciudadana y la legitimidad del Congreso. Esto sin duda profundiza la crisis de confianza en los partidos políticos que son cómplices de las simulaciones de sus diputados.