La violencia en nuestro país se ha convertido en el enemigo a vencer. Todos estamos preocupados por ella, a todos nos afecta emocionalmente y además, también nos cuesta dinero. Tenemos más de diez años utilizando estrategias reactivas para solucionar este problema: se han depurado corporaciones enteras de seguridad pública, se ha buscado caminar a un enfoque de policía de proximidad y se ha invertido enormes cantidades en equipamiento para la reacción.
Sin embargo, en 2018 en Nuevo León el 29.6% de los hogares tuvo al menos una víctima de delito, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) del INEGI reportada en septiembre pasado. Y de acuerdo con un análisis de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la inseguridad costó 85 mil 856 millones de pesos al gobierno y la sociedad nuevoleonesa en 2018, es decir, 5.3% del PIB estatal.
Entonces ¿qué podríamos hacer para lograr verdaderamente un impacto en la reducción de los niveles de violencia que se viven en nuestra comunidad? En Consejo Cívico estamos convencidos que la respuesta está en las estrategias de prevención. Existen evidencias a nivel mundial que indican que a mucho menor costo, se pueden implementar programas de prevención focalizados que contribuyan significativamente a reducir los factores de riesgo de violencia.
A nivel local, por ejemplo, programas como Jóvenes Transformando Jóvenes implementado por la asociación civil Supera en el municipio de Guadalupe, ha dado resultados positivos en tan sólo en 12 meses, con un costo de $12,000 pesos por joven atendido, mucho más bajo que el costo que tendría una estrategia correctiva.
Para poder visibilizar y promover este tipo de programas, se ha conformado La Red Multisectorial de Prevención de la Violencia de la Zona Metropolitana, que recopila y sistematiza las buenas prácticas de prevención de la violencia, basadas en evidencia, con el objetivo de transferir este conocimiento y ponerlo a disposición de de los tomadores de decisión en los sectores público, privado, social y académico. Además, promueve la profesionalización de las prácticas de la prevención de la violencia, así como la colaboración multisectorial para mejorar los proyectos y programas existentes en nuestro estado.
La Red busca que se adopte una cultura de prevención de la violencia en nuestro estado, y que se logre una mayor efectividad de los programas y proyectos en esta materia. Observando estas ventajas, en verdad esperamos que la apuesta de Nuevo León para combatir la violencia, sea a través de programas de prevención basados en evidencia, con resultados tangibles y medidos.
Sandrine Molinard, directora de Consejo Cívico direccion@localhost