La alerta lanzada por la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos (AESPAC) por el riesgo de muerte de milenarios y endémicos sabinos en los parques Recreativo Benavides y Parque Nacional El Sabinal, ubicados en el Municipio de Cerralvo, es un botón muestra sobre el impacto de la industria extractiva que se encuentra aledaña al área protegida de la Sierra de Picachos.
El hábitat de 276 especies de fauna, bosques de pino y encino, y matorral submontano, un territorio que abarca 75 mil 852 hectáreas de zona protegida, es el pulmón verde que limpia alrededor de un millón 200 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año, provenientes del área del área metropolitana de Monterrey. Y además una zona de recarga hídrica para los habitantes de Sabinas Hidalgo, Salinas Victoria, Higueras, Marín, Doctor González, Cerralvo y Agualeguas.
“En medio de esta crisis de calidad del aire que vive la ciudad, la Sierra de Picachos ofrece servicios fundamentales que contribuyen a aminorar el impacto tan negativo de la contaminación. Nos ofrece aire limpio. La Sierra de Picachos es de todos”.
“Entonces hay que cuidarla y protegerla. De aquí la campaña de firmas que estamos promoviendo, junto con Reforestación Extrema, a través de Change.org para pedir a nuestras autoridades ampliar el área de protección al doble de las hectáreas que tiene hoy”, señaló Anabel Zavala, directora de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos.
En la iniciativa denominada Reserva Natural Estatal Sierra de Picachos se propone una extensión de 166 mil 052 hectáreas, pasando de siete a ocho municipios, con la inclusión de Zuazua, al considerar que desde 2003 han crecido las amenazas al ecosistema que ponen en peligro el balance ecológico, afectando la flora y fauna endémica, y en peligro de extinción, así como el flujo hídrico.
La Sierra de Picachos, es un cinturón verde que colinda con la ciudad al norte y noroeste, y es sede de las instalaciones de la Asociación Ecológica de la Sierra de Picachos (AESPAC), a unos 50 minutos de la zona centro de Monterrey, en el municipio de Higueras.
La organización fue conformada por vecinos de la región y el empresario Alfonso Javier Barragán para defender el área natural cuando en el 2011 una empresa buscó instalar una pedrera en la zona. Su trabajo se enfoca en implementar proyectos de conservación y reintegración de flora y fauna, así como el impulso de la conciencia ambiental través de cursos, talleres y recorridos dentro de la Sierra de Picachos, así como desde el Centro Interpretativo de Educación Ambiental Sustentable.
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¡Súmate a la campaña para ampliar el área de protección!