El Pulsómetro es realizado por el Tecnológico de Monterrey a solicitud de CAINTRA Nuevo León, el Consejo Cívico, COPARMEX Nuevo León, CANACO Monterrey, CANADEVI Nuevo León e INDEX Nuevo León, utilizando una estricta metodología en el levantamiento de datos y en el análisis estadístico. En esta edición, se encuestaron a más de 4 mil 600 ciudadanos del área metropolitana de Monterrey vía telefónica del 4 de abril al 6 de mayo de 2017. Con esto, se obtuvieron muestras representativas en Apodaca, San Nicolás, Escobedo, Monterrey, San Pedro, Guadalupe, Santa Catarina, Juárez, García y, en general, del estado de Nuevo León.
Los resultados del anterior estudio, realizado en septiembre de 2016, mostraban que el deterioro de la percepción de inseguridad se había detenido, sin embargo, nos encontrábamos lejos de las condiciones a las que aspiramos todos los ciudadanos. Lamentablemente, en esta nueva edición, retrocedimos de nueva cuenta, sin poder concretar una tendencia en la percepción de mejora en materia de seguridad.
En abril de este año, solo el 9% de los ciudadanos se siente seguro de vivir en Nuevo León, cifra no presentada desde septiembre de 2012. Este porcentaje contrasta con el 17% observado al final de la administración anterior.
Condiciones como el deterioro en la percepción de seguridad, el incremento en los delitos y la desatención de las autoridades estatales y municipales, encienden una alerta entre los ciudadanos, ante la mayor posibilidad del retorno de la inseguridad a los niveles que vivimos hace seis años.
Percepción de seguridad de vivir en su municipio, estado y país
En esta edición del Pulsómetro, los 9 municipios del área metropolitana de Monterrey no lograron incrementar la proporción de ciudadanos que indican sentirse seguros de vivir en su localidad. Al final de las administraciones anteriores, 3 de cada 10 ciudadanos del área metropolitana se sentía seguro; hoy, un año y medio después, ni siquiera 2 de cada 10, solo un 16.7% de los ciudadanos, siente seguridad.
Al observar los resultados particulares, encontramos importantes retrocesos. El municipio de Escobedo encabeza la lista, retrocediendo 8.09 puntos porcentuales en tan solo 6 meses, pasando de un 26.6% en septiembre de 2016 a un 18.5% de ciudadanos que se sienten seguros en abril de este año.
El segundo municipio con mayor deterioro es Monterrey. En la anterior edición, el 16.3% de su población se sentía segura, cifra que ya lo posicionaba entre los peores del área metropolitana, sin embargo, en abril redujo aún más este porcentaje, llegando apenas a un 12.9%.
Para el resto de los municipios, la historia es similar. Situación que refleja una condición generalizada de deterioro para los ciudadanos y una falta de atención a los continuos llamados que la ciudadanía está realizando.
De nueva cuenta los municipios donde existe una menor proporción de ciudadanos que se sienten seguros continúan siendo Juárez, Monterrey y García. Por otra parte, aunque algunos municipios como San Pedro, San Nicolás y Escobedo tuvieron los mejores porcentajes, esto no es de celebrarse ya que han alcanzado sus peores niveles de los últimos 4 años. Por ejemplo, San Pedro alcanza un mínimo histórico con solamente 4 de cada 10 de los ciudadanos del municipio sintiéndose seguros.
Confianza en las policías municipales, Fuerza Civil, Policía Federal, el Ejército Mexicano y la Marina Armada de México
Al igual que la percepción en seguridad, la confianza en las policías municipales sigue degradándose. El porcentaje de los ciudadanos del área metropolitana que confían algo o nada en su policía llega casi al 95% de la población.
La situación es alarmante, ya que en 7 de los 9 municipios ni siquiera 1 de cada 10 habitantes confía en su policía. Existen municipios como Monterrey, San Nicolás, Apodaca y Guadalupe con menos del 5% de ciudadanos que confía en sus instituciones de seguridad. En cambio, es importante destacar municipios como Santa Catarina que han mantenido una tendencia ascendente.
Sin embargo, los Alcaldes no han tomado las acciones necesarias para fortalecer a sus policías y pareciera que las corporaciones han sido descuidadas en los últimos meses, lo cual sería reflejo de la poca atención que la seguridad ha representado en sus agendas.
El mismo caso se presenta en Fuerza Civil, institución que debería ser ejemplo para los municipios y el resto del país. En seis meses, esta corporación no ha logrado avanzar en su nivel de percepción de confianza, manteniéndose con solamente el 14.5% de los ciudadanos que indican tenerle “mucha confianza”. Esta cifra es aún más alarmante cuando se compara con lo presentado a finales de la administración anterior, cuando el porcentaje era del 21.3%.
Fuerza Civil se encuentran en su punto más bajo de confianza desde su conformación, manteniendo una tendencia negativa que no ha podido ser revertida. Es urgente que la autoridad redireccione a esta corporación, que evite su deterioro y la impulse como el eje principal de la estrategia de combate a la inseguridad en el estado.
El Ejército y la Marina continúan siendo las instituciones más confiables donde más de la mitad de la población del área metropolitana les tiene “mucha confianza”. Dado que las policías municipales ni Fuerza Civil pueden tomar su rol en el combate a la inseguridad, hacemos un llamado urgente para que el Gobernador y los alcaldes soliciten de forma inmediata mayor presencia militar y verdaderamente trabajar en conjunto con este reforzamiento de elementos.
Percepción de Compromiso de los Alcaldes y Gobernador en acabar con la inseguridad
Respecto al pulso de los ciudadanos en el compromiso de sus autoridades por combatir la inseguridad, la percepción continuó reduciéndose en los tres niveles de gobierno; lo cual no es de extrañarse ante el repunte de los índices delictivos y la pérdida significativa en la confianza en las policías.
Solo 2 de cada 10 ciudadanos consideran comprometido a su Alcalde, la proporción más baja alcanzada desde julio de 2011, cuando se realizó la primera medición.
En lo particular, el alcalde de San Pedro continuó siendo el edil con el mayor porcentaje de ciudadanos que lo consideran comprometido, sin embargo, este resultado se ve opacado al hacer un comparativo con el resultado de seis meses atrás, donde se observa que retrocedió 7.47 puntos porcentuales, la mayor pérdida en la percepción de compromiso entre los Alcaldes.
En circunstancias similares se encuentra la Alcaldesa de Escobedo, quien pasó de 34.8% de ciudadanos de su municipio que la percibían “comprometida” en septiembre de 2016, a un 28.6% en abril. Para los Alcaldes de San Nicolás, Santa Catarina, Apodaca y Monterrey no se presenta un avance importante, lo cual indica la poca atención que han brindado al tema.
En el caso del Gobernador, la tendencia negativa continúa. Comparado con la última medición de su antecesor, se ubica casi 10 puntos porcentuales por debajo, con sólo el 16.4% de ciudadanos que lo perciben comprometido, una cifra récord para el Gobernador y sólo supera al Alcalde de Monterrey.
Ante esta situación de deterioro en la percepción, los Organismos Intermedios aquí representados, estaremos solicitando un espacio a la Asociación Metropolitana de Alcaldes para presentarle en mayor detalle esta información. De igual manera lo haremos con el Gobernador y su gabinete de seguridad, con el fin de que esta información no sea desaprovechada y se promuevan estrategias sólidas que mejoren estos indicadores.
Es importante resaltar que en el presupuesto para 2017 se asignaron incrementos en partidas dedicadas a la seguridad, tanto en el estado como a los municipios. Aprovecharemos estas reuniones para solicitar avances en la ejecución de este presupuesto, sus resultados y buscaremos que no existan subejercicios en este rubro.
En el mismo sentido, estamos enterados de las diversas reuniones de coordinación que se realizan semana y semana entre las distintas autoridades; sin embargo, no están siendo efectivas ante el deterioro de la percepción en seguridad y el incremento en los delitos. Con lo anterior, insistiremos en establecer mecanismos de coordinación que verdaderamente permitan un trabajo conjunto entre los tres niveles de gobierno y un avance continuo de las corporaciones policiacas.
Conclusiones
Los resultados del Pulsómetro correspondiente al mes de abril de 2017 muestran que la caída en percepción de seguridad no se detuvo y continúa retrocediendo, lo cual es un reflejo del desánimo y una perspectiva más pesimista entre la población del área metropolitana. Los niveles de percepción son los más bajos desde finales de 2012, lo cual evidencia el gran retroceso que hemos alcanzado.
Además, este Pulsómetro confirma lo que hemos advertido con otras herramientas. El análisis del Observatorio Ciudadano de Nuevo León, el cual utiliza las estadísticas oficiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de las denuncias de delitos, ya indicaba un incremento en éstos, lo cual habíamos advertido en los últimos meses. De igual manera, la encuesta de expectativas en la manufactura que realiza CAINTRA a altos directivos y dueños de empresa resaltó la tendencia de la inseguridad como un obstáculo para la operación y el desarrollo de las empresas en el estado.
En la misma línea, el estancamiento de las corporaciones policiacas es reflejo de que no existen las estrategias adecuadas para transmitir confianza a los ciudadanos y atacar correctamente el problema de inseguridad.
Como Organismos Intermedios del Sector Privado, insistimos en una coordinación más eficiente y efectiva entre los tres niveles de gobierno. Hemos sido testigos de acciones aisladas que están lejos de ser un verdadero esfuerzo de trabajo conjunto.
Sin duda, la ciudadanía percibe que tanto los Alcaldes como el Gobernador no están concentrados en resolver el tema de la inseguridad y sus agendas están ocupadas en otros asuntos. Los gobernantes deberán atender inmediatamente este llamado de la ciudadanía por tener seguridad, en particular aquellos que consideren una reelección en sus puestos.
Es de mayor preocupación que la percepción ciudadana no coincide con la percepción de los gobernantes, quienes en los últimos días han indicado que Nuevo León no tiene problemas de inseguridad. La realidad es la que percibimos los ciudadanos, somos los ciudadanos quienes sufrimos los delitos, no los gobernantes.
Reconocemos que los índices delictivos no han alcanzado los niveles de 2011 pero si tenemos un deterioro respecto a 2015 y 2016. Esto ha llevado a la caída de la percepción, donde la población no quiere volver a vivir la inseguridad que sufrió en aquellos años. Actualmente contamos con la fuerza institucional, un presupuesto fortalecido y la experiencia obtenida en esos años para revertir la situación. Por ello, exigimos a las autoridades posicionen en sus agendas el tema de seguridad como el número uno a resolver.